viernes, 14 de julio de 2023

 ¡¡PROHIBIDA!!

Serás mi luz mi lámpara encendida.

Mi parte más endeble, mi pecado

soberbio cavilar que me ha tocado.

Quisiera para siempre ser prohibida,

 

la fruta que madura en tu mordida,

resbala entre tu beso enamorado.

Serás aquél que abraza mi costado

tu amante en la penumbra pero erguida,

 

como el cisne se yergue, para verte

su orgullo y su conjuro el de  tenerte

Qué importa ser tu piel lo que me llega.

 

El  beso demorado me sosiega

Qué importa ser la miel para beberte

Soy lo que siempre he sido tu labriega.


martes, 11 de julio de 2023

 ¡¡UNA DE MIS PARTES!!

 

Todos nacemos puros e inocentes.

El mundo empieza a borronear lo que traemos.

Pero aquellos que nacemos con la sangre alegre

dejamos una huella indeleble.

 Esto no va a ser un poema, sino unas de mis partes

que podría ser parecida a la de otra, hombre o mujer,

una parte mía, muy mía que les voy a contar.

Podría llamarla, yo tuve una segunda infancia,

o las marcas del ayer.

Pero  aún no lo decido.

En mi segunda infancia aprendí a aferrarme al dolor

y desparramé en palabras rotas, las llagas negras

en la pared de mis recuerdos, eso es lo que hice edité

la amargura y le di paso a esa sangre alborotada

como la incipiente primavera.

Siempre he aparecido en mis letras como la niña

con la mirada triste, que se escondía detrás de la puerta.

Pero no mostraba mi otra parte, ese musgo del árbol

en quién me iba convirtiendo.

Literalmente era algo muy familiar para el árbol porque

siempre estaba trepada subiendo como una hormiga

de sus ramas.

Me costó un poco abandonar las escenas que me marcaron.

Y no fui yo quien borró esa nube dolorosa de esa caja  que cerré para siempre.

Fueron los juegos infantiles cuando empecé a trepar la vida a mis seis años.

Incipiente me abrí camino en el vuelo de la hamaca, precoz en los juego de los varones.

¿ Qué podía hacer una niña con dos hermanos?

Mi papá se iba temprano, mi abuela se cansaba de nosotros, tres chiflados de 6, 8 y de 10 añitos.

Salíamos a la calle, yo a medio arreglar y mis dos hermanos descuidados un poco, eso no nos importaba,

estábamos esperando a lo que hoy se podría llamar pandilla, pero muy diferente, ¡¡salvando las distancias!!

Los zapateros, eran unos niños rubios de ojos azules y desplanchados, eran hijos de un señor muy delgado

era polaco, de profesión zapatero, así es que  eran unos cinco zapateritos, nunca juntos, venían de a dos,

nosotros los de la casa de las palmeras, con escaleras al frente, marchábamos  hacia la esquina.

 ¿Había un líder? no lo recuerdo; éramos un manojo de sueños empujados por el viento de la inocencia,

Anita una de los zapateros y yo, el resto varones. No recuerdo quien decidía nada, Ana y yo siempre estábamos en el suelo.

 En ese grupo había sub-grupos.

Alguna mano perdida encontraba un simple palo y ya era la flecha de Cupido, bueno no tanto, una simple flecha

y las cosas se daban de manera natural, empezaba una correteada, los más chicos atrás.

Siempre en nuestra vereda la de los tessios, es mi apellido con minúscula, nadie nos daba permiso, nosotros tres sin mi abuela y sin mi padre para nada nos sentíamos abandonados, vendrían seguro a las tres horas.

Rodeábamos mi casa  hacia el  fondo, un gran patio  que lindaba con mi vecino, a quien lo encontré de grande ( esa es otra historia), pequeñas montañas de aserrín frente a un puñado de niños con flechas en sus manos, adivinen el juego : eran  gigantes indios,

seguramente  esas ideas salían de esas revistitas de la época, no creo que hayan sido el de los libros o sí ¿por qué nó?.

Nosotras las niñas en las hamacas, los niños maquinando en sus cabecitas, preguntaron  con la manito haciendo de altavoz, ¿quieren venir a jugar?................ nos apresaban, mis hermanos con mucho cuidado, y los zapateros a mi amiga Anita.

Éramos las prisioneras.  Ese juego de correr y pelearse con los palos, nunca vimos sangre pero Ana y yo nos desatábamos duraba un montón, terminaba cuando un papá venia a gritarnos para ir a comer.

Eso cuando había sol y no estaba mi abuela, mi padre siempre en el monte.

 

Contaré un poquito de lo que ocurría en los días de lluvias.

Todos en las escaleras del consulado, o congreso donde los más grandes hablaban, yo, ni la menor idea,  Ana  se probaba mi ropa.

El más audaz dejaba que la lluvia lo mojara, y muy progresivamente los demás se iban sumando al borde de la vereda, nosotras

queríamos y no y así estábamos, que si que no, luego nos íbamos acercando, nosotras al patios  hacíamos tortitas con el barro, hacíamos bolitas, en fin,  hasta ñoquis, debajo de las chorrientas hojas, los varones se juntaban y se pintaban la cara con el barro.

 

Después, no recuerdo mucho, estos son mis recuerdos pero me  los contaban mis hermanos, los juegos eran presenciales.

Si recuerdo aprender a andar en bici, la de mi padre, de hombre, primero (yo ya no me juntaba), mis manos en los manubrios y con un pie en el pedal y el otro para empujar. Me caí unas millonadas de veces, las marcas de ese entrenamiento no se borrarán jamás.

Después, las dos manos ya les dije, una pierna con el pie incluido buscando el pedal derecho y así me caí otras millonadas de veces.

Dos hermanos en el cole y yo sola con mi abuela, Ana no sé, seguro en otra escuela, aprendí lo imposible.

Y me llegó el momento y tuve mi bici, con canastito, un timbre, un porta equipaje, pero no me gustaba andar por ahí con mis preciadas muñecas, porque yo no andaba sola, teníamos dos perros, Yiyo y Rita con mayúscula.

 


miércoles, 21 de junio de 2023

 

a joven que se enamora

Mensaje sin leer por Mirta Elena Tessio » 

¡¡LA JOVEN QUEW SEW ENAMORA!!
(autobiográfico)


LA JOVEN QUE SE ENAMORA.

El tiempo no determina la edad para enamorte y comenzaste a despertar tu corazón y tu vida de amor, en lejanía. Tímida, ocultabas la mirada. Huidiza eras el sol, escondiendo tu luz, sombría. No podías mirar tus ojos en otros ojos, pero tu corazón ardía. Así llegaron y se fueron, sin descubrir el beso soñado la perla escondida, porque las marcas de tu vida solitaria, te indicaron el curso que seguirías.
Largamente hoy sé porque te convertiste en esbelta joven, temblorosa y ardiente, sutil latiente y sin embargo sinuosa y letarga como la neblina. Y despertaste pasiones en aquél que descubrió tu ángel.
Largos fueron los años que pasaste sin el beso soñado, sin la caricia y tu cuerpo se insinuaba en delineadas y pequeñas curvas mientras tu corazón latía, apenas te enterabas de tus hormonas y los desafíos de la vida.
Y creciste entre la ingenuidad de tus raíces y las metáforas de tu cuerpo.
Pero el beso llegó callado, tierno, mientras tu alma se debatía en una realidad saludable y genuina, y ese ángel dormido de ternura.
La pasión llegó después, tras luchar con famosos paradigmas y hubo lucha interna entre lo deseado y lo temido; el querer y no querer; los temores salieron como fieles custodios de tu realeza y en tu reino más prohibido; escondido como flama eterna, un latido, un grito, escenario de lo vivo, confundió tu gloria.
Y la gloria fue tu ofrenda más preciada, porque el amor vino con clarines, con gemidos; con lágrimas, contracciones de pudor y elocuencia de ingenuidad pero impregnada de sabiduría. Tu ser entero vio la muerte y la vida en un instante.
Y la gloria fue el estar enamorada y sentirte amada.
Y florecías joven, con cierta culpa pero dichosa en los campos de la inocencia. Crecías como magnolia desprendiendo su aroma, y estaba bien porque tu experiencia fue buena, y te sirvió para amar cada parte de tu propio ser.
Eras la joven que se enamoró del amor e idealizó la realidad y esa realidad se deslizó entre tus dedos como pétalos.
Eras la joven que guardaba sus tesoros mas preciados en el cofre de la dulzura y convertías sus dones en sabias reliquias.
...

No fue fácil decirle a tu adentro que la vida te lo debía y comenzaste a transitar el camino de las decisiones, aquellas que transformaría el curso de tu inesperado mundo.
No fue fácil porque aún ignorabas lo real, eras una ilusión tejida, eras un sin fin de perlas que se ocultaban detrás de la roca mas hundida, o tan lejana de las olas, allá en la cima de la más altiva montaña.
Convertías tus horas en telares de alegorías, convertías tus pesares y tus anhelos en esperanzas y sueños, y claro que no fue fácil crecer y sobre todo ver, entre comillas, que nada es lo que parece ser y que no somos quienes creemos ser.
Pero si entender que el crecimiento es un completo contemplar lo que realmente deseamos ser y lo que somos en realidad.

martes, 20 de junio de 2023

 

¡¡ UNA NOCHE DE VERANO !!

 

Miraba la enredadera,
aquella que más amaba
cantando lo que anhelaba,
a mi serrana ladera.
Floreciente en primavera,
llegaste como un romano
sin armadura y pagano,
te quise como mi amante
perfumado y delirante,
una noche de verano.

Te pido lo que más quiero,
dulce amor mi preferido
dame tu noche y tu herido
corazón en el que muero.
El amor al que venero,
donde fundo mi locura
con tu beso en mi cintura,
aquel que tú me pediste
cuando todo me lo diste,

me abandono a la aventura.

¿Quién me trae tu existencia?
¿quién sabe de ti mi suerte?
Que estoy viviendo sin verte,
complacida de tu esencia.
Voy muriendo en tu presencia
renaciendo con ardores,
con pasión y sin pudores
se lucen nuestras estrellas
en tu cielo las más bellas
con placeres y dulzores.



 


¡¡ALGUIEN POR QUIEN VIVIR!!

 

Alguien por quien vivir

Cuando metías a tus hermanos 
dentro de una valija
ellos sentían
que tal vez viajaban
a las estrellas

.

Alguien por quien vivir

Porque eras un adolescente
y las vida nos iba quitando
momentos felices.

Alguien por quien vivir

 

Eras tú quien arrancabas una sonrisa
a tus hermanos allá en  sierra de la ventana
mientras subíamos ese bajito cerro
con una cruz de palito
y la luna llena, plateada y bella.

 

Nadie nos advirtió
lo que íbamos dejando atrás 
la niñez arrebatada
en mi, mis pedazos;
fueron los que levantaste
con tus trece años.

Dejaste sin saberlo
una huella en sus pechos
en sus corazones
que hoy te hablan.

 

Hoy, que me enorgullecen
mis sonetos logrados,
tal vez alguien comprenda
que necesite de una estructura
que me  exprimiera como una naranja
y ser el jugo para ustedes.

 

Tal vez alguien entienda
que también fui una niña
que necesitó una valija
y dos hermanos.