¡¡A MI QUERIDO AMIGO DEO!!
Mis huesos del paisaje soberano
se hundieron en la noche más oscura
perdida entre la niebla y sin cordura;
me diste tu atención de ser humano.
Mi amigo de Alicante, con tu mano
compañero de letras, que perdura;
quitaste el desconsuelo y la amargura
de mi alma, validando lo cercano.
Los aires de mis cumbres, mis laderas
te agradecen por siempre en lo profundo
llenando el corazón ya sin fronteras.
Sintiéndome el caudal donde me fundo.
Soneto que dedico con sinceras
palabras que circundan nuestro mundo.
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