miércoles, 20 de septiembre de 2017

¡¡EL DISCÍPULO QUE SE CREÍA MAESTRO.


Tu docencia, descrédito que humilla
movilizada ruedo los peldaños,
conseguidos esmeros ,que vil daño
asedian lo logrado, zancadilla;


en versos intentados, tal rejilla
sin filtro del que mira, pues araño
sentencia sobre aquel vil desengaño
como Jesús confió el oro y mejilla.


Sin esperar clemencia del que mira
presencia sabio verbo asume verdad
clemencia sí, de quien sin tal ira,

se suma declamando bella lira
en un poema, quizá ya sin necedad
como fluye el amor, fluye y gira.

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