A veces lastimamos, a los que más queremos.
No elegí, según mis creencias los hijos me
eligieron.
Carente de modelo, me esforcé, y no sé si
fue lo mejor.
Llena de confusiones, llena de amor, me
sedujo la maternidad.
Disfruté a cada uno, como si fuera el
primero.
Ahora lo que importa son como están esos
frutos de la vida,
Que en mis momentos di la vida, lo que me
hacía feliz, me sentía bien,
Me sentaba el rol y los amé, pero no
importaba cuanto daba, ni cómo.
Lo que importaba es que seguía mis instintos, era un acto de
entrega.
Fui necesaria, y toda esa experiencia es
propia y sin calendario.
Lo llevo en el alma con los retoños que me
brindan esos frutos.
Como toda mujer, como todo ser humano, hay
partes oscuras que
A veces me desbordan, pero nunca es tarde
para enmendar.
Creo mucho en lo que nos enseña la naturaleza,
el río, el junco
Sigue la corriente, se dobla pero no se
quiebra.
Eso siento, por mis hijos, algo bueno hay en
cada uno porque se alojan
En ellos un espíritu de tierra y cielo, de
fortaleza y a veces dan ejemplos.
No se nace sabiendo ser madre, los hijos dan
esa oportunidad.
Me siento orgullosa por eso.
En cada vida, hay arrepentimiento, pero sé
que todo es como debe ser.
No existen culpas, no hay rencores , cuando te centras y aprendes de ellos.
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