Fue una tarde de abril encantadora
que el sol en el poniente florecía,
guirnaldas en las noches y en el día
sutiles y aromadas donde mora
tu playa con su arena, quien te adora.
Mirándome en tus ojos mi alegría
soñando con tu mar yo te amaría
las olas ya me llevan a tu aurora.
Quisiera ser la luna y deslumbrarte
con su luz que ilumina tu mirada
abrazarte y tenerte para amarte
queriendo compartirte en mi almohada.
Mi otoño va bordando en el paisaje
decorando los prado de ambarino
colores de viñedo en su follaje
follaje que me embriaga como el vino.
Mirando el cielo azul y constelado
el árbol es candil en tu sendero
me alumbra cegador tu candelero
al vuelo de mi otoño deshojado.
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