viernes, 11 de diciembre de 2020

Anaranjado el cielo de verbenas

 Anaranjado el cielo de verbenas.

Soplan los vientos, vientos del olvido.
Mi corazón, tristísimo y dolido,
llora en la sombra, sombra que me alienas.

La sangre corre rauda por mis venas
y un pesaroso y súbito latido
desparrama mi llanto confundido
y consterna la tarde con mis penas.

Y fue la noche. Triste me envolvía
la sensación fatal del desencuentro.
La dulzura en mi alma se perdía.

Los miedos se quedaron muy adentro
y el corazón sin prisa se moría,
perdido, desolado y sin encuentro.

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