Anaranjado el cielo de verbenas.
Soplan los vientos, vientos del olvido.Mi corazón, tristísimo y dolido,
llora en la sombra, sombra que me alienas.
La sangre corre rauda por mis venas
y un pesaroso y súbito latido
desparrama mi llanto confundido
y consterna la tarde con mis penas.
Y fue la noche. Triste me envolvía
la sensación fatal del desencuentro.
La dulzura en mi alma se perdía.
Los miedos se quedaron muy adentro
y el corazón sin prisa se moría,
perdido, desolado y sin encuentro.
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