Te acercas a mí, brillante lucero,
con tu mirar de naufrago
con tu mirar de fuego.
Caminas hacia mí,
con pasos húmedo
de prados perfumados
como pájaros en vuelo.
Y yo te miro y me acerco,
con mis manos de barro
de tierra renegrida,
y mi pálida tristeza.
Y me alegro,
cada vez que te miro
cada vez que te veo.
con tu andar viajero.
Fui un puente de flores coloridas
de guirnaldas, de luciérnaga encendida
de lámparas coronadas de penas y alegrías.
Mientras dormías en un sueño de alas
de jardines florecidos y de brumas,
llegándome los aires de los cielos,
con un beso embelezado
donde palpito y me muero.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario