Las cartas

Apareció en mi casillero

donde guardo mis recuerdos

mis ensueños románticos

de adolescente enamorada.

Me temblaron las manos,

se abalanzaron en mi escritorio

antiguas cartas de papel

con tinta  negra.

Me sumergí en el aroma

que despedía el moño

que sujetaba a las cartas

y tembló mi corazón

y comencé a recordar.

Yo tenía solo quince años

y él apenas  cumplía sus diez y ocho.

Nos conocimos en una fiesta

la que llamaban“Asaltos”

yo era muy tímida,

y cada vez que me miraba

yo escondía mis ojos.

Pero no pasó demasiado tiempo

para que él descubriera donde vivía,

quién era yo y qué es lo que hacía,

terminaba mi secundario

y comenzó a esperarme a la salida.

Y se convino una segunda fiesta

donde nuestros ojos se encontraron

el solo tomo mis manos,

y tembló mi cuerpo entero.

Pasaron dos años rápidamente

y le tocó el servicio militar

y se tuvo que ir de mi lado.

Nos empezamos a escribir.

Aún conservo esas cartas

de un amor adolescente puro

donde los ojos no mienten

donde la emoción es genuina.

Yo usaba vestidos de florcitas

con un moño en la cintura

que cubrían mis rodillas.

El de pantalones grises

de camisa celeste y corbata

y su bléiser azul.

Hoy que ya he crecido

aún me tiemblas las manos

cuando recuerdo nuestros encuentros

a escondidas en las esquinas

y ese beso trémulo  que aún conservo

en mis labios.