He sido tu pecado y fiel
amante
tu miedo más cobarde en un silencio
mi mente te recuerda en el instante
en donde, pecadora me sentencio.
Quizás
el mundo oculte sus pecados
sus penas, cicatrices, desventuras.
Puede que rasguen sórdidos tocados
que ocultan sus miserias y locuras.
Hoy
sé que el sol pecó sobre mí cama.
un rayo de su luz colmó mi lecho.
Y yo mujer de sangre y manos llanas
te llevo en mi alma y centro de mi pecho.
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