domingo, 10 de enero de 2021




Quisiera ser el aire que te besa
y hacer que mis caricias clandestinas
se enreden en tus manos repentinas
en este amor que sabe a dulce fresa.

El viento en la distancia me confiesa
que el coro de las voces vespertinas
del sol susurran, desde las colinas,
aquel habla tan suya que embelesa.

¡Embriágame, viñedo, a tus antojos
con la bebida azul que, fermentada,
se viste de amatista en sus sonrojos!

¡Luciérnaga que brillas exaltada,
alumbra con tu luz sus labios rojos
en mis labios de boca enamorada

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