La tarde está nublada
y se aproxima una nube negra
y mi alma de poeta
se despierta.
Parece que nevara
y es una simple niebla.
Se desata una mansa lluvia
sobre la esperanza de las piedras
entre las rosas blanca
va mojando los recuerdos
como a el alma de las rosas.
¡También sobre el alma llueve
mojando mi tristeza!
La lluvia del alma tiene
una blanca pena
como las rosas blancas
blancas como mi pena.
Irrigas en silencio el paisaje,
eres como una mano amable
que derrama vida sobre las flores.
A veces te aproxima sobre mis nardos
que huelen a jazmines,
y lloras sobre su pétalos
y lloras en mis rosales.
Mojas las hojas caídas
y parece que revivieran,
la tierra despide su aroma
y te respiro
entre la triste calma del viento
y la cadencia de tus gotas.
Canta la tierra,
cuando te conviertes
en una suave llovizna
cálida como mis lágrimas.
Sale el sol,
y aparece la azul primavera,
el prado brilla luminoso y húmedo,
como la lluvia sobre mis nardos.
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