viernes, 11 de enero de 2019

La tormenta

Fomentó los cimientos
de un destino turbulento
y el rayo en su asimétrica geometría
detuvo un tropel  amargo en su agonía.

No tuve más tiempo
que recoger mis deseos
mis temblores y furores
para morir como una Afrodita
en los brazos de un Teseo.

Sigue la tormenta latiendo
en mis inviernos
en mis invernaderos,
las hojas que recojo
para ataviar mi alma
del ambarino tiempo,
es un grito homicida
para detener mis lamentos.

En medio de la tormenta
se abaten mis alas
para descubrir
el piélago mojado y gris
de tu mirada fría.-

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