miércoles, 27 de febrero de 2019



¡¡A mi Hijo Federíco !!

En sus ocho años pintó un tren
con las vías y las barreras,
con gente transitando
y hoy lo quiero interpretar.

De muchos modos pintó ese tren,
a lo lejos todo pequeñito,
finalmente sobre tela
impresionante frontal,
ferrocarril.

Y hoy que lo veo,
más allá de la pintura,
casi adulto y compañero,
es todo un motor entero,
transitando distintos caminos.


Con sus abrazos
es generoso
transparente
y amoroso.

Todos fluyen a su paso,
como esas vías
que el propio dibujó.

Pleno de color y vida,
afrontando todo embate,
aprendiendo el recorrido.

Federíco, lleva el nombre de un poeta,
y aunque él no lo sabe,  se crea y recrea
en su propia andadura como ese tren,
contundente y colorido
que pintó para su madre.


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