El sol de abril dejó sobre la arena
un poco de mis
sueños olvidados;
y el aroma de nardos
perfumados
se trepa a mi
ventana y me serena.
Quisiera ser la sangre en tu latido
el sol iluminando mis laderas,
el viento sacudiendo mis
praderas,
y un beso enamorado enardecido.
No quiero prolongar esta distancia
que propone tu mar salado y frío,
yo quiero de las flores su
fragancia.
Quisiera tu costado al lado mío,
Tus besos tus abrazos, pura
esencia
beberme de tus labios el rocío.
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