lunes, 11 de abril de 2022

 



 

 


Eres.

Eres un mar profundo,

ondulado en el paisaje

eres la madre de mis soledades

eres tierra fértil y sosegada

eres la morada de mis tristezas.

 

Lluvia despejada y somnolienta

lluvia que se desliza en mis hombros

mansa y sin tormentas moja mis hojas

que parecen marchitarse con pereza.

 

Viento del norte en mis espaldas

empuja mi pluma abandonada

de un verbo antiguo y silencioso

que nada me cura y no me calma.

 

Eres la primavera desojada y triste

que llora con mi musa,

la mojada madreselva que huele

a rosas y a jazmines,

la desolada enredadera de mi muro.

 

Eres el cielo azul ya sin eternidades,

eres la angustia que atraviesa con su daga

mis entrañas y se disuelve con la nada.

 

Eres el inmenso mar

trepando mis añoranzas

con un disfraz de arenas

en el desierto de mis esperanzas.

 

Eres el horizonte que navega

las aguas de una rosa blanca

la pena de mi pena más amarga

por eso llora la lluvia

y es por eso que no brillan las estrellas


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