En algún lugar de esta vendita tierra
donde los vientos del norte soplaban
calentando el polvo donde hundía mis pies,
yo fui una campesina que corría por el campo
entre espigas amarillas volando en el atardecer.
Llena de sueños, de esperanzas e ilusiones
comencé a vivir un mundo de fantasías
que aún perduran en mi mente
“el polvo de donde vinimos y donde vamos a volver”.
Pero perduran en mí, el recuerdo de mi infancia
sentada en los escalones de mi casa
con una lámpara encendida por si llega a anochecer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario