¡¡LA BELLEZA!!
Está en tus
sensuales dedos,
que arrancan la
música
en las cuerdas vibrando,
de tu amada guitarra.
El sonido entrañable
de los recuerdos
de alhambra
o en el Ave María de Schubert
donde me faltan
las palabras.
La melodía ya estaba
solo pusiste tu
magia
tu infinita alma que ama
esas vibrantes cuerdas.
No, no son murallas ni prisión,
es esa pulsión
genuina que te libera,
te eleva y te habla.
Como el mármol del David
ya estaba dentro, solo el cincel
quitó lo que sobraba
en las manos de Miguel.
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